Análisis de la realidad intercultural en las aulas
Para hablar sobre la interculturalidad, es necesario tener claros tres conceptos básicos:
En la actualidad, existe una sociedad heterogénea en la que convivimos personas con diferentes etnias y/o procedencias, y por ello con diferentes culturas, valores, creencias, lenguas...etc., que, en consecuencia, se reflejan también en la escuela.
Por lo general, en la mayoría de los casos, se puede observar que los alumnos que tienen otras culturas (por su etnia y/o procedencia) sufren etnocentrismo y no cuentan con una respuesta educativa ni social adecuada.
También existe, aunque en un porcentaje mucho menor, un cierto relativismo cultural o multiculturalidad en la que dichas culturas se encuentran en un mismo espacio en el que se consideran aspectos de ellas que en ocasiones se aceptan y otras veces, la mayoría se ignoran y excluyen.
Tanto en las dos situaciones anteriores, con mayor o menor frecuencia, generalmente estos niños pueden no sentirse pertenecientes al grupo al no verse cómodos por no encontrarse en un ambiente inclusivo y esto les lleva a la marginación y al fracaso escolar, pues no se sienten comprendidos ni motivados.
Para dar una respuesta educativa adecuada a todos los alumnos, es necesario analizar las culturas con las que se conviven, pero no fijándonos en la nuestra, sino adentrándonos en aquella que vamos a observar y estudiar para tener un mayor conocimiento y que este sea de carácter objetivo.
En el momento de analizar una cultura, siempre hay que tener en cuenta diferentes aspectos como:
la escuela debe adaptarse a la situación actual; debe proporcionar una educación útil y práctica acorde, pues esta es esencial para saber vivir en sociedad.
Para lograrlo, una buena solución al problema, es la interculturalidad; donde conviven unas culturas con otras, siendo estas valoradas por igual (no es ninguna superior) y viéndolo como una forma de enriquecerse mutuamente y donde además se consigue la inclusión de todos los alumnos al sentirse comprendidos, iguales en derechos, valorados y respetados, respondiendo así a las características y necesidades e intereses de todos ellos.
En estos momentos existe una gran fundamentación teórica, que en la mayoría de las escuelas no es llevada a la práctica, estando así aun sin solucionar el problema.
En la escuela, depende directamente del docente, de las prácticas educativas que lleve a cabo, es decir, la metodología que emplee, las creencias, los conocimientos impartidos, el dominio de la solución al problema...etc.
Pero también, hay un marco legislativo que cumplir, establecido actualmente en el currículo LOMCE y concretado entre otros, en el PEC (Proyecto Educativo del Centro), en la PGA (Programación General Anual) y en las programaciones didácticas del aula.
El currículo LOMCE establece dos competencias que ayudan al desarrollo de la interculturalidad, concretamente la quinta y la séptima: competencias sociales y cívicas y la relacionada con la conciencia y las expresiones culturales; y establece también principios generales como facilitar la adquisición de las nociones básicas de la cultura, desarrollar capacidades afectivas...etc.
Los alumnos tienen diferentes culturas, edades, tipos de aprendizajes, rendimiento académico y expectativas a las cuales hay que dar una respuesta adecuada y personalizada.
- El etnocentrismo es la perspectiva que defiende la existencia de una cultura dominante de naturaleza superior, a la que se deben adaptar los grupos culturales minoritarios.
- El relativismo cultural o la multiculturalidad hace referencia al respeto y a la no interacción entre diferentes culturas que conviven en un mismo lugar.
- La interculturalidad se basa en el respeto e interacción entre las diferentes culturas que conviven en un mismo lugar.
En la actualidad, existe una sociedad heterogénea en la que convivimos personas con diferentes etnias y/o procedencias, y por ello con diferentes culturas, valores, creencias, lenguas...etc., que, en consecuencia, se reflejan también en la escuela.
Por lo general, en la mayoría de los casos, se puede observar que los alumnos que tienen otras culturas (por su etnia y/o procedencia) sufren etnocentrismo y no cuentan con una respuesta educativa ni social adecuada.
También existe, aunque en un porcentaje mucho menor, un cierto relativismo cultural o multiculturalidad en la que dichas culturas se encuentran en un mismo espacio en el que se consideran aspectos de ellas que en ocasiones se aceptan y otras veces, la mayoría se ignoran y excluyen.
Tanto en las dos situaciones anteriores, con mayor o menor frecuencia, generalmente estos niños pueden no sentirse pertenecientes al grupo al no verse cómodos por no encontrarse en un ambiente inclusivo y esto les lleva a la marginación y al fracaso escolar, pues no se sienten comprendidos ni motivados.
Para dar una respuesta educativa adecuada a todos los alumnos, es necesario analizar las culturas con las que se conviven, pero no fijándonos en la nuestra, sino adentrándonos en aquella que vamos a observar y estudiar para tener un mayor conocimiento y que este sea de carácter objetivo.
En el momento de analizar una cultura, siempre hay que tener en cuenta diferentes aspectos como:
- Todas las culturas están marcadas por la religión en mayor o menor medida, además hay que destacar que cada religión cuenta con sus propios ideales y por ello con diferentes prácticas.
- El primer referente de los niños es la familia; son un reflejo de aquello que observan en sus hogares donde conviven. En la sociedad actual hay gran cantidad de prejuicios negativos que llevan al establecimiento de "etiquetas" y generalizaciones que debemos evitar; hay que tener cuidado con ello, pues los niños por naturaleza no hacen distinciones por sexo, raza, edad...etc. pero imitan aquello que observan de la sociedad.
la escuela debe adaptarse a la situación actual; debe proporcionar una educación útil y práctica acorde, pues esta es esencial para saber vivir en sociedad.
Para lograrlo, una buena solución al problema, es la interculturalidad; donde conviven unas culturas con otras, siendo estas valoradas por igual (no es ninguna superior) y viéndolo como una forma de enriquecerse mutuamente y donde además se consigue la inclusión de todos los alumnos al sentirse comprendidos, iguales en derechos, valorados y respetados, respondiendo así a las características y necesidades e intereses de todos ellos.
En estos momentos existe una gran fundamentación teórica, que en la mayoría de las escuelas no es llevada a la práctica, estando así aun sin solucionar el problema.
En la escuela, depende directamente del docente, de las prácticas educativas que lleve a cabo, es decir, la metodología que emplee, las creencias, los conocimientos impartidos, el dominio de la solución al problema...etc.
Pero también, hay un marco legislativo que cumplir, establecido actualmente en el currículo LOMCE y concretado entre otros, en el PEC (Proyecto Educativo del Centro), en la PGA (Programación General Anual) y en las programaciones didácticas del aula.
El currículo LOMCE establece dos competencias que ayudan al desarrollo de la interculturalidad, concretamente la quinta y la séptima: competencias sociales y cívicas y la relacionada con la conciencia y las expresiones culturales; y establece también principios generales como facilitar la adquisición de las nociones básicas de la cultura, desarrollar capacidades afectivas...etc.
Los alumnos tienen diferentes culturas, edades, tipos de aprendizajes, rendimiento académico y expectativas a las cuales hay que dar una respuesta adecuada y personalizada.
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